Icono del sitio Acampamos

Cinco días en Florencia

Puente Vecchio, Florencia. Toscana, Italia.

«En mis cinco días en Florencia veo a Cosme I a caballo, majestuoso el, obra de Juan de Bolonia. Muy cerca una hermosa fuente con un Neptuno en el centro, Ammannati dió toda una escuela de lo que se consideraría fuente ideal renacentista, con el elemento más importante en el centro, y otras estatuas en torno a ella»

Índice

FICHA TÉCNICA

 

Cinco días en Florencia

Nuestro viaje de cinco días en Florencia nos llevará a conocer los lugares más turísticos y los más destacados de la ciudad. Nos empaparemos de cultura y arte, y visitaremos sus mejores museos, galerías e iglesias. Compartiremos nuestro tiempo buscando «los David» que hay de la ciudad y disfrutaremos de una de las ciudades más bonitas de Italia ¿Te apuntas? Pues continua leyendo…

Situación

Estos cinco días en Florencia nos sitúan en la misma ciudad. Es una ciudad grande de unos trecientos noventa mil habitantes que se sitúa en el centro norte de Italia, en la región de la Toscana de la cual es su capital. A su vez también es un centro histórico, cultural y artístico de Italia. Por todo ello LA UNESCO la declaró como Patrimonio de la Humanidad en el año 1982.

Primer día, Cinco días en Florencia

Son cerca de las diez de la noche, cuando por fin aterrizamos en el aeropuerto Américo Vespucio de Florencia, el cual no es internacional, (ello explica los pocos vuelos de los que dispone una persona para llegar allí, directamente desde nuestro país). He pasado un día entre aviones, jaleos con la compañía, y algunos nervios, por lo que llegar a mi destino, me produce cierto alivio. He conocido a cuatro compañeras de viaje, (Daísy, Begoña, Pilar y Coro), con las tres últimas cogeré un taxi, que al coste de veintiún euros, nos dejará en la Plaza de Santa María de Novella, en donde tienen ellas el hotel, y a poca distancia se sitúa el mío. Al despedirnos, una lluvia hace acto de presencia, no es muy contundente, pero si lo suficiente como para hacernos desplegar los paraguas…

Llegada al Hotel, Cinco días en Florencia

Voy avanzando ruidosamente con mi maleta de ruedas, las calles están semivacías, y a pesar del agua que cae, no puedo evitar detenerme en la Plaza del Duomo. La fachada principal de la Catedral de Santa María de las Flores impresiona, con sus mármoles policromados, que resaltan aún más de lo habitual, por la presencia de la lluvia. Parece una catedral de dibujos animados, contemplarla me hace meditar, ¿Cómo es posible que haya tardado más de cinco años en volver? Delante de la citada, el baptisterio, al que doy una vuelta para ver su puerta más celebre, la del Paraíso (así la llamó Miguel Ángel), y aunque mañana la veré con más luz, no deja de asombrarme. El campanile lo realizó Giotto y no deja de ser un regalo para la vista.

El Campanile

Ese juego de colores tan perfecto combinado con bellos arcos, en completa armonía, y que dan una sensación de mayor altura a la propia torre. Todo esto no sería igual, si no fuera, por la impresionante cúpula, que da un mayor significado a todo el conjunto, y por supuesto, a la propia ciudad. Brunelleschi la diseño, y con ella se ganó el respeto y la admiración de todo el mundo. Para aquella época era algo que parecía imposible, dotar a un espacio tan grande como era la catedral gótica, de una cubierta de semejantes dimensiones. Ahora la miro, y veo su linterna llena de andamios, estará cerrada la subida, pero afortunadamente ya gocé de sus vistas y entramado arquitectónico en mi visita anterior.

He estado varios minutos parado, y si no me quiero empapar, debo llegar a mi hotel donde voy a pasar estos cinco días en Florencia. Pronto localizo el mismo, dista a escasos cuatro minutos del duomo, y cuenta con una terraza con estupendas vistas.

Un paseo nocturno, Cinco días en Florencia

Antes de deshacer la maleta, con lo puesto, salgo para dar un paseo. Por la vía del Calzaiuoli camino, es una calle que puede darnos la sensación de ser peatonal, dada la tranquilidad de los viandantes. La armonía de sus edificios es total. De todos ellos, destaca especialmente el “Orsammichele”. Antigua lonja del grano, construida por Arnolfo di Cambio, y en cuyos muros, colocadas en hornacinas reposan imágenes esculpidas por grandes artistas. Me llama especialmente la atención “la incredulidad de Santo Tomás”, de Verrochio, (el que fuera maestro de Leonardo Da Vinci). Hay un San Jorge de Donatello, pero no es el original, (el auténtico posa en el Museo de Bargello), también tenemos en nuestra vista obras de Juan de Bolonia, Nanni di Banco o Ghiberti.

Plaza de la Señoría

De inmediato llego a la Plaza de la Señoría. La fachada del Palacio Vechio está repleta de andamios, así como la Longia Lanzy. A la izquierda, veo a Cosme I a caballo, majestuoso el, obra de Juan de Bolonia. Muy cerca una hermosa fuente con un Neptuno en el centro, Ammannati dio toda una escuela de lo que se consideraría fuente ideal renacentista, con el elemento más importante en el centro, y otras estatuas en torno a ella. Judit y Holofernes es una imagen de Donatello, que no deja de sorprender por la acción en la que ella lo va a degollar, (el original esta en el Palacio Vecchio).

El “David” de Miguel Ángel

Seguidamente, el “David” de Miguel Ángel, en el mismo lugar donde estuvo el original. Ahora tenemos una copia, que aunque respete el tamaño del auténtico, no es lo mismo. Muy cerca, al otro lado de la puerta del palacio, vemos “Hércules y Caco” de Bandinelli. Este escultor siempre quiso rivalizar con Miguel Ángel, por eso situaron esta obra tan cerca del “David”, y de esa lucha de protagonismo salió muy mal parado Bandinelli, siempre su escultura (siendo buena), es inferior a la del gran genio del Renacimiento. A pesar de los andamios, se puede entrar en la longia Lanzy, y contemplar sus bellas muestras artísticas, (prácticamente de todas las épocas).

Bellas Muestras Artísticas

Llaman mi atención especialmente dos. La primera es “Perseo” de Cellini, esculpida en bronce, y que nos muestra al héroe satisfecho, tras haber dado muerte a Medusa, cuya cabeza nos muestra con su mano izquierda, llevando en la diestra la espada con la que realiza dicho corte. Se aprecia perfectamente el casco alado, que le permite desplazarse allá donde quiera. La segunda es el “Rapto de las Sabinas”. Siguiendo el manierismo de Miguel Ángel, Juan de Bolonia, crea tres esculturas entrelazadas, que se apoyan la una en la otra. Conmueve el gesto de la sabina retenida por el romano, alza su mano, expresando la libertad que en ese momento desea, y de la que ya será privada, mientras su padre, (por debajo de los dos), no puede hacer nada por impedirlo.

Loggia della Signoria

Salgo de la longia, y miro más arriba de los andamios. La esbelta torre, una de las más características de la ciudad, cuenta con una perfecta iluminación, que resalta los sillares de piedra con los que fue construida.

Avanzo unos pasos, y ya estoy en la Galería de los Uffizi, en donde a ambos lados, las columnas son el apoyo de los nervios de bóvedas. Sin duda, mañana, estarán aquí esperando su entrada cientos de turistas, que no se querrán ir de Florencia, sin ver la pinacoteca más importante de Italia. El final de la calle, es el corredor o pasadizo, que una vez atravesado, me lleva a ver el Río Arno, y a nuestra derecha, el maravilloso Puente Vecchio.

Puente Vecchio

Es un puente inigualable, por la presencia de sus casas sobre el mismo, y que en el centro cuenta con dos grandes arcos, que hacen posible solo desde ese sitio, ver las aguas del Arno. Atravesarlo por la noche es algo estupendo. Todas las tiendas están cerradas, y el puente parece una calle más, pero al mismo tiempo es diferente, e invita a la inspiración de artistas. En mitad del mismo, un busto recuerda a Cellini, el escultor florentino que antes mencionaba en la Plaza de la Señoría.

Ya de vuelta a mi hotel, paso por la Plaza de la República, en donde suena “What a wonderful world?” la melodía de Amstrong, interpretada por un músico que toca para aquellos sentados en un café, y que beneficia a los sistemas auditivos de todo el que pasa. Me quedo unos minutos escuchando, mientras contemplo el majestuoso arco del triunfo que da paso a la Vía Strozzi.

Segundo día, Cinco días en Florencia

Bien temprano me despiertan las campanas de la torre del duomo. Tras desayunar en mi hotel, me presento en pocos minutos en la plaza del Duomo. Ahora tengo más tranquilidad que anoche, el día no está muy despejado, pero de momento la lluvia no cae. Son las nueve de la mañana, pero ya hay gente esperando para entrar en el baptisterio. Mientras espero mi turno para acceder al mismo, me fijo en la escultura de la puerta de acceso. Es la “Predicación del bautista”, de Francesco Rustuci, quien fue compañero de Leonardo en su taller. Hace en esta obra unas imágenes muy clasistas. Una vez en el interior, lo que primero me llama la atención, es el gran mosaico de influencia bizantina, que cubre la cúpula. Muy interesante es el sepulcro de Juan XXIII, obra de Donatello y Michelozzo, y por supuesto la pila bautismal que es gótica.

Las Puertas del Paraíso

Ya de nuevo en el exterior, veo la puerta sur, que es de Andrea Pisano, son del período gótico, y nos muestran la vida de San Juan Bautista. La situada al norte es de Lorenzo Ghiberti, cuando aún no se habían asentado las bases del Renacimiento, y nos muestra escenas del Nuevo Testamento. Finalmente, la joya del baptisterio, “las del Paraíso” que es la puerta este, (la situada frente a la catedral). También es de Ghiberti, pero esta ya pertenece al nuevo período artístico que será el Renacimiento, y en el que se emplearán elementos arquitectónicos para ayudarse a la hora de dar perspectiva a las imágenes. Son todas escenas del Viejo Testamento. Por citar alguna especialmente, me quedo con “Salomón y la reina de Saba”.

Encima de la mencionada puerta, hay un grupo escultórico, el “Bautismo de Cristo”, por Andrea Sansovino. Muestra gran elegancia, e influencias de Donatello a la hora de dar claroscuros a los trajes.

Subida al Campanille

Ahora me apetece subir al campanile, y aprovechando que no hay casi gente para iniciar la subida, saco la entrada, (no la hay conjunta para todo el el recinto del duomo), y me dispongo a ascender los más de cuatrocientos escalones que me llevaran a lo más alto. Voy avanzando, y cuando llego a la primera gran sala, las vistas ya son muy bonitas, especialmente del duomo.

Veo la bóveda que alberga la estancia donde permanecen las campanas, impresiona la altura. Una vez arriba, me hago la foto típica con las campanas, y miro por la trampilla del suelo, que me hace ver la altura hacia el interior del campanile. Termino las escaleras, saliendo a la terraza que culmina la torre. Es una gozada. Sin duda, la mejor imagen de la cúpula de Santa María de las Flores se obtiene desde aquí. La iglesia de Santa Croce, así como la Torre de la Señoría, el espléndido claustro de la Iglesia de San Lorenzo, y un sinfín de edificios.

El Museo del Duomo

Sin ver aún el interior de la catedral, voy al museo del duomo. Aquí podemos ver muchas esculturas de la primitiva construcción, la obra gótica de Arnolfo di Cambio.

Hay una Piedad de Miguel Ángel (realizó tres), esta tenía la finalidad de ser colocada en la sepultura del artista, en la iglesia de Santa María la Mayor de Roma. En ella se pretende ver el rostro del mismo Miguel Ángel, (en el papel de Nicodemo) sosteniendo el cuerpo de Cristo.

De Donatello está Magdalena, una escultura bastante peculiar, y que se encargan de pintar un grupo de escolares. Pero del citado escultor, lo más asombroso es la cantoría. Obra genial en la que ángeles alados danzan alegremente. Justo frente a ella, otra cantoría, más clásica, es de Lucca de la Robia, que ilustra el último salmo de David.

Al finalizar podemos ver los originales de las puertas del Baptisterio, la del Paraíso, que como antes ya se menciona, fueron de Ghiberti.

Cuando voy a entrar en el interior de la catedral, me dicen que ya solo pueden acceder las personas que van a asistir a los actos religiosos, por lo que tendré que volver en otro momento.

Santa María de Novella

Como he quedado para comer en el Restaurante la Espada, cercano a Santa María Novella, ya aprovecho para visitar la parte del museo. Se divide en dos partes, una la iglesia, y otra el museo del convento. Empiezo por la última, a la que se accede por una puerta a la izquierda de la plaza, y que de inmediato nos adentra en un precioso claustro, llamado “el verde”, así conocido, por los colores verdes y rojizos que se emplearon para realizar los frescos, (obra de Paolo Uccello).

En este claustro se halla la capilla de los españoles, construida por Jacobo Talenti, y con frescos decorados por Andrea Buonaiuto da Firenze. Debo confesar que no conocía a este artista, y me quedo sorprendido por su gran calidad, especialmente en “la iglesia militante y la iglesia triunfante”.

El tiempo se me acaba, y marcho para comer al restaurante anteriormente citado, (visitaré la iglesia en otro día). Una vez en el establecimiento, me encuentro con mis compañeras de viaje. Nos contamos lo que hemos hecho cada uno en nuestro primer día, mientras degustamos muy buena pasta y carne florentina, en un ambiente bastante agradable.

Ya al salir de nuevo al exterior, vamos paseando por las calles. Paramos en el Palacio Strozzi, uno de los más clásicos del Renacimiento, con un patio de columnas dóricas.

 Iglesia de Santa Margarita y Plaza de Santa Croce

Pasamos por la iglesia de Santa Margarita, (donde se cuenta que Dante conoció a Beatriz), y finalmente llegamos a la Plaza de Santa Croce. Tiene mucho encanto la mencionada, porque todas las casas y edificios guardan mucha similitud, y están muy bien restaurados, ya que unos cuantos son de origen medieval. Una gran escultura es el homenaje a Dante. Contemplamos la fachada de su célebre basílica, (la cual tiene andamios en su lado izquierdo), y una vez dentro, admiramos su grandiosidad, formada por tres amplias naves, con esas vidrieras que hacen que la luz, esté presente en cualquier rincón del edificio.

Tumbas de Ilustres

Mención especial, hay que hacer al Cristo de Cimabue en el crucero, a la Anunciación esculpida en piedra de Donatello, el sepulcro del humanista Leonardo Bruni, que fue realizado por Bernardo Rosellino, y que es obra importante de escultura funeraria en el Renacimiento. Muchas tumbas de ilustres hay aquí, empezando por la de Miguel Ángel Buonarroti, realizada por Vasari, y que resulta muy pobre para tan grande artista. Galileo y Maquiavelo también descansan en este lugar.

En la Sacristía podemos admirar los frescos de Tadeo Gaddi, (contemporáneo de Giotto). De Gaddi es también la “Ultima Cena” del Refectorio, (esto se ve en el museo de la obra de Santa Cruz), al que accedemos desde la misma iglesia.

Ahora salimos a un claustro del siglo XIV, y reconozco la Capilla Pazzi obra de Brunelleschi, y pieza fundamental en la arquitectura del Renacimiento. Tal construcción se adapta a un espacio muy limitado, con un pórtico que da acceso al interior, el cual está marcado por un eje longitudinal que tiende a la centralización por la función de la cúpula. Dentro apreciamos la austeridad del artista, al mismo tiempo que nos muestra su dominio de la perspectiva.

Ya hemos terminado la visita, y tenemos tiempo todavía para hacer algo más, y no queremos detenernos, por lo que decidimos ir a saludar al personaje más ilustre de la ciudad, y que para más indicaciones, reside en la Galería de la Academia.

Galería de los Ufizzi

Este museo no es muy grande, y es un perfecto complemento a la Galería de los Ufizzi. Especialmente destaca en escultura, donde se encuentran diversas obras de Miguel Ángel Buonarroti. La “Piedad de Palestrina”, el grupo de “los esclavos” destinados a la tumba de Julio II, la figura de “San Mateo”, y por supuesto, el “David”. Es una figura colosal, que se convirtió desde sus inicios en el símbolo de la república de Florencia. El autor, cuando acepto el encargo de dar forma al enorme bloque de mármol, dijo que había vida dentro, y cuando dio su último toque al David, le miro y le dijo: habla. Realmente es lo único que le falta. Por muchas imágenes que se hayan visto, impresiona.

El David de Miguel Ángel, original

Miguel Ángel dio en él con la “terribilita”, que no es otra cosa, que la masa muscular que dará el mencionado artista a sus esculturas, es su fuerza. La madurez, la mirada, que transmite la tensión interna del personaje….. por ello, se consideró, que el autor había sobrepasado el ideal de belleza de las esculturas clásicas griegas y romanas. No podemos evitar, sentarnos bastante rato contemplándolo, mientras el resto del museo parece quedar eclipsado. Realmente es para disfrutar.

Nos han cerrado ya el museo, y después de dar una vuelta mirando restaurantes, nos metimos en una pizzería. Tranquilamente vamos a mi hotel (Medici), y desde la enorme terraza, hacemos unas fotos, gozando de las vistas y de la excelente temperatura.

Tercer día, Cinco días en Florencia

En esa mañana de mis cinco días en Florencia, lo que me apetece ver, antes que cualquier otra cosa, es el Palacio Medici-Ricardi. Es una de las muchas joyas de esta ciudad, y que creo que ningún visitante se debe perder. Es un edificio renacentista cien por cien, esto se ve en su fachada, donde el almohadillado tiene mucha presencia. Al introducirnos, un patio verdaderamente bonito, sirve de distribución a todas las dependencias. Vigilando el mencionado patio, una estatua de “Orfeo”, realizada por Bandinelli, y siempre siguiendo los ordenes clásicos de la escultura antigua.

Palacio Medici-Ricardi

Entramos al jardín del palacio con bellas imágenes, y que recuerda a la civilización romana. Ahora subo a la llamada “Galería”, que es una dependencia, cuyo amplio techo, está pintado en su totalidad por Luca Jordán, artista que en la ciudad estuvo al servicio de los Ricardo.

Capilla de Gozzoli

Lo mejor está en la Capilla de Gozzoli, llamada así por el hombre que la decoró. Pintada al fresco, el “Cortejo de los Reyes Magos”, es una obra maestra, transición entre el gótico internacional y las nuevas formas pictóricas. En esta marcha hacia los reyes magos, se pueden ver personajes famosos de la época que los acompañan, como un joven Lorenzo el Magnífico, entre otros.

De no ser un lunes, visitaría San Lorenzo y sus capillas, pero al estar cerradas, debo seguir el itinerario por algún otro barrio, y de verdad que eso no es mayor problema, pues en esta ciudad, el arte está presente en cada rincón.

Plaza de la Santísima Anunciación

Pronto llego a la Plaza de la Santísima Anunciación, la cual es uno de los primeros espacios públicos que se crearon en la época renacentista. Llama pronto la atención, el magnifico pórtico del Hospital de los Inocentes, realizado por Filippo Brunelleschi. Alberga este edificio el Museo del Hospital, con pinturas de Ghirlandaio, Botticelli, y otros ilustres.

En el centro de la mencionada plaza, una estatua ecuestre es el monumento a Fernando I de Médicis, comenzada por Juan de Bolonia, y culminada por otro escultor, Pietro Tacca. Suya y de sus discípulos son las dos fuentes en bronce, tan peculiares, que decoran el lugar.

Basílica de la Santa Anunciación

A continuación, paso a la Basílica de la Santa Anunciación. En su claustro, se pueden ver pinturas de Andrea del Sarto o Pontorno. El interior de la iglesia es un barroco en estado puro. Antes de abandonar este tranquilo sitio, podemos ver la Iglesia de Santa Anunciación, mucho más modesta que la basílica, (sin que por ello deje de merecer la pena visitarla).

A poca distancia de allí, la Iglesia de Santa María de la Paz, tiene abierta sus puertas para la asistencia a su misa, que pronto dará comienzo. Según entramos, vemos un claustro, muy clásico, y muy restaurado. La pena, es que no puedo ver las pinturas de Perugino, (quien fuera maestro de Rafael), porque no es hora de visita. La iglesia en su interior, ha sido restaurada de la primitiva, y lo que vemos ahora, pertenece a finales del barroco, acercándose ya al rococó.

Plaza de San Ambrosio

Ahora llego a la Plaza de San Ambrosio. En la misma plaza, una hornacina, con una escultura del santo capta mi atención. Está policromado, y muy bien conservado, y es que en esta ciudad, es frecuente ver obras de arte en la calle, y no por ello están descuidadas, (todo un ejemplo a seguir). La iglesia aquí ubicada, no aparenta ser nada especial por fuera, pero en su interior, me llevo la grata sorpresa, de ver unas pinturas murales bastantes buenas, que creo deben ser, de principios del cuatrocientos.

Casa de Miguel Ángel Buonarroti

Por la vía de Pepi, llego a la que se llama de Ghibellina, en donde está la Casa de Miguel Ángel Buonarroti. Ser un incondicional del artista, me hace visitar el edificio, aunque reconozco que me supo a poco. Hay varias obras suyas, todas prácticamente de sus comienzos, y otras realizadas por sus alumnos en el taller. Yo me quedo con dos de ellas, en la misma sala están situadas. Son la “Madona de las Escaleras” y la “Lucha de Centauros”.

Iglesia de Santa Margarita

Al salir, me doy una vuelta por el barrio de Dante, sin poder visitar su casa (está cerrada por reformas), pero en cambio, si puedo ver la Iglesia de Santa Margarita. Muy cerca está la Abadía Florentina, que además de contar con una hermosa torre, que supera en altura a su próxima del Palacio Bargello, goza de una gran riqueza en el interior de su iglesia. En el siglo XVII se restauró por completo, y se la dio esa forma de cruz griega. Pero sin duda, lo que más me gusta, es un cuadro de Filippo Lippi llamado “La aparición de la Virgen a San Bernardo”. Una excelente obra del autor, en la que una vez más dibuja el rostro de la virgen con ese toque divino y tan identificativo de sus figuras.

Palacio Pitti

Después de comer, me reúno con mis amigas (Coro, Bego y Pili), para ir juntos, dando un paseo, hasta el Parque Miguel Ángel. Cruzamos el Arno por el Puente Vecchio, y pronto estamos en el Palacio Pitti. Su fachada principal es maravillosa, uno de los edificios renacentistas que más impresiona, por su grandiosidad, su almohadillado, esos leones bajo sus ventanas. Nosotros nos conformamos con verlo por fuera, y seguimos nuestro paseo por empinadas calles.

Hemos dejado ya la zona más turística de la ciudad, y ahora vemos señoras casas, todas muy acogedoras, es la otra Florencia. Hacemos un alto en la Casa de Galileo, que aunque por fuera, no sea nada especial, una placa, indica que allí vivió el genial astrónomo. Enseguida pasamos por la Puerta de San Jorge, y empezamos a ver olivos pegados a la muralla, que ahora nos acompañará durante un rato. También vemos a cierta distancia nuestro objetivo, que es el parque mencionado y la Iglesia de San Miniato al Monte.

Parque Miguel Ángel

Tras unas largas escaleras, estamos ya en el Parque Miguel Ángel. Es un lugar para pasar un buen rato. Invadido por turistas venidos en autobuses, algunos de ellos, con papel y lápiz intentan inspirarse en la vista de la ciudad, otros miran hacia el la copia del David que allí instalaron. La panorámica de la ciudad es total, se pueden hacer fotos a muchos puntos de la urbe, y el Puente Vecio es de lo más retratado.

San Miniato al Monte

A escasos minutos, San Miniato al Monte, es una de las iglesias más interesantes. Su primitiva construcción era románica, y queda constancia de ello en su portada, pero luego ha sido modificada. El interior es francamente bonito. Tiene una cripta, que es en donde acaba la nave central, y en el ábside cuenta con el presbiterio. Merece la pena fijarse en el tabernáculo de Lucca de la Robia, y por supuesto, en la capilla del Cardenal, de Antonio Rosellino, que va en la misma línea que la sepultura que ya hiciera en la Iglesia de Santa Croce.

Volvemos dando un agradable paseo, y cruzamos por el Puente de la Trinidad, desde donde fotografiamos el Puente Vecchio y sus alrededores en la noche.

Cuarto día, Cinco días en Florencia

Bien temprano me levanto para aprovechar los cinco días en Florencia. Lo primero, para evitar esperas, es ver el Museo Bargello, y es que desde las ocho de la mañana está abierto.

Cuenta con un esplendido patio, por el que se accede a la planta superior. Allí, en la lonja, podemos ver varias estatuas en bronce de Juan de Bolonia, especialmente de animales. Ya en el interior, la Sala de Donatello es en la que más me entretengo, con su S. Jorge, S. Juan Bautista, y especialmente con su David en bronce. Es una de las primeras esculturas del Renacimiento, y me cautiva esa mirada llena al mismo tiempo de melancolía y sensualidad. Otro David, en este caso es de Verrochio, y tiene la cabeza de Goliat a sus pies. De Andrea de la Robbia podemos ver varias figuras en terracota (barro cocido) vidriada, todas ellas muy interesantes. Ya abajo, tenemos de Miguel Ángel las esculturas de Baco, el busto de Bruto, Apolo, etc…

Museo Bargello, Cinco días en Florencia

Debe apreciarse bien de Cellini, el busto de Cosme I de Médicis, que goza de una solemnidad como pocos retratos. Tenemos del mismo autor a Perseo, este es el original y no el de la Plaza de la Señoría. De Juan de Bolonia tenemos el “Mercurio”, obra cuanto menos original, por la postura acrobática del dios. Otros artistas que están en la sala son: Ammannati, Bandinelli, Sansovino, y como no, el gran maestro del barroco, Bernini, que con su “Constanza”, nos demuestra, que sabe captar como pocos, los aspectos psicológicos de sus retratados, y da una sincera intimidad al busto de la mujer de la cual estuvo enamorado.

Plaza de San Marcos

Un paseo ahora viene bien. Voy hasta la Plaza de San Marcos, en donde está el convento de mismo nombre, y famoso por contar con la Anunciación de Fray Angélico. La iglesia es de un barroco tardío.

Sigo caminando, y pronto paro, pues el Cenáculo de Santa Apolonia está abierto, y paso a ver ese gran mural que es la Ultima Cena de Andrea de Castagno, que es fundamental para entender la pintura florentina. Merece mucho la pena verlo, y es una de las pocas cosas gratis en la ciudad.

Capillas Médicis, Cinco días en Florencia

Antes de comer, estoy esperando mi turno, para entrar en las Capillas Médicis, ubicadas en San Lorenzo. Destacar la monumental Capilla de los Príncipes, obra realizada a comienzos del barroco, y por supuesto la sacristía nueva, en donde está enterrado Lorenzo el Magnifico, y cuya sepultura se encargó de hacer personalmente Miguel Ángel. Frente a la de Lorenzo, se sitúa la de su hermano Julián. Una y otra representan “el crepúsculo y la aurora”, y “el día y la noche”.

Iglesia de San Lorenzo, Cinco días en Florencia

Con el estómago lleno, paso a la Iglesia de San Lorenzo, comenzada por Brunelleschi, marcando ya las trazas del que sería nuevo arte. Destacar en el crucero dos púlpitos de Donatello, y a pocos metros de este lugar, está el monumento funerario del artista. Interiormente la iglesia fue decorada por Miguel Ángel, y sobre el altar, hay que ver una Anunciación de Donatello.
Ya en el exterior, entre el mercadillo, emerge la estatua de Giovanni della Bande Nere, monumento funerario, cuya postura sedente sigue las pautas trazadas por Miguel Ángel. Sin duda estoy aprovechando muy bien estos cinco días en Florencia.

Iglesia de Santa María de Novella

En poco tiempo, estoy en la entrada a la Iglesia de Santa María de Novella. El otro día vi el museo de la misma, ahora con más tiempo, recorreré cada rincón de esta joya realizada en período del gótico, y continuada en el renacimiento.
León Battista Alberti se encargó de hacer la preciosa fachada que vemos desde la plaza, y la cual, se ha convertido en una fotografía clásica para entender las nuevas concepciones artísticas. Nada más entrar, veo que son tres hermosas naves, y en la central, un enorme crucifijo de Giotto, pintado sobre tabla, es obra de su juventud, y muestra a un Cristo muy sufrido, teniendo a sus lados, a la Virgen y a San Juan Evangelista.

Fresco de la “La Trinidad” de Masaccio

Ya contemplo el célebre fresco de Masaccio, llamado “La Trinidad”. A comienzos del Cuatrocento, la pintura para ganar el efecto de perspectiva, se apoya en la arquitectura. Este es uno de los mejores ejemplos, de libro. Masaccio hace que el sarcófago coincida con nuestro nivel de visión, y siempre desde abajo vemos la gran Trinidad, en perspectiva monofocal en su espacio abovedado a la romana y entre soportes clásicos.

Capilla Gondi, Cinco días en Florencia

Miro en la capilla Gondi, y veo el célebre crucifijo de Brunelleschi, que no es una obra que muestre un realismo dramático, y tiene una gran armonía en cuanto a las proporciones. Si tuviera que elegir de todo lo que veo en esta iglesia, me quedo con la capilla mayor. Una vez que pasamos el tabernáculo de mármol, (en el que se halla un crucifijo de Juan de Bolonia), entramos en el coro, y vemos las maravillosas pinturas que realizó Ghirlandaio (estamos en la Capilla Tornabuoni).

En la pared de la izquierda vemos los frescos dedicados a “la vida de la Virgen”, y a la derecha los de “la vida de San Juan Bautista”. En la bóveda están retratados “los cuatro Evangelistas”. Sobrecogen tan bellas imágenes. Me gusta especialmente “los Desposorios de la Virgen”.

La Trinidad” de Masaccio

Me sobra tiempo, y lo empleo en ir al Palacio Vechio. Nada más subir las escaleras, me encuentro el gran salón de los Quinientos, en donde se celebraban asambleas del pueblo. Es majestuoso, con un techo en casetones, muy bien decorados por Vasari. De entre las esculturas que vemos a los lados de la sala, mención aparte merece la “Gracia de la Victoria”, obra de Miguel Ángel.
En el mismo palacio tenemos la Sala de los Elementos, que está compuesta por varias estancias. Y seguidamente, la Sala de los Lirios, en donde podemos ver la estatua original de Donatello, “Judit degollando a Holofermes”.

La última noche, Cinco días en Florencia

Hoy es mi última noche en la ciudad, he quedado con mis compañeras de viaje. Nos hemos acompañado durante muchas horas, viviendo muy buenos momentos, y por eso, parece mentira decir adiós. Después de cenar en un restaurante de la parte de “oltrarno”, pasar por el Palacio Pitti, y luego por la Plaza de la Felicita, avanzamos por el Puente Vecchio, deteniéndonos en la mitad del mismo.

Un cantautor, llamado ORZO. Está presentando su disco, lo hace interpretando temas suyos, con clásicas canciones de reciente actualidad. Nos quedamos un rato escuchándolo, no somos muchos, pero si un grupo suficiente para que disfrutemos de las palmas y de la armonía de este músico, que se acuerda de su tierra (la Toscana), cuando toca los acordes de “Fields of gold” de Sting. Seguidamente, todo un himno de U2, “with or without you”, esta gran canción, en este mítico puente, es el marco más sentimental para despedir a mis amigas.

Quinto día, Cinco días en Florencia

Hoy es mi último día. El avión sale por la tarde, por lo que puedo aprovechar toda la mañana. He madrugado, y pronto estoy en la Plaza del Santo Espíritu, con la idea de ver el cenáculo de la iglesia. Dicho cenáculo, es una sala en la que hay una última cena muy estropeada, algún sepulcro romano, una tabla escultórica atribuida a Donatello, y muchas esculturas (la mayoría muy deterioradas).

Acaba de terminar la misa en la iglesia del mismo nombre, y cuando entro, me doy cuenta de lo maravillosa que es. Un tesoro del renacimiento florentino, con el trazado de Brunelleschi, baldaquino y espectacular cúpula sobre el mismo. También tienen una gran riqueza sus cuadros, firmados por F. Lippi, Allori, etc…

Santa María del Carmine, Cinco días en Florencia

Seguidamente marcho hacia Santa María del Carmine, llegando antes de las diez, por lo que me toca esperar un poco, pero así pasaré en el primer turno. Lo primero que se visita es un claustro muy bonito, con un jardín muy cuidado, que cuenta con árboles muy frondosos. Después llega el gran momento. Entramos por unas escaleras ascendentes a la Capilla Brancacci, una de las maravillas de la pintura renacentista. Masolino Panicale y su gran discípulo Masaccio, decoraron estas paredes haciendo un alarde de visión de perspectiva, apoyándose en paisajes, o anteponiendo unas figuras a otras.

Puente de la Trinidad

Vuelvo por el Puente de la Trinidad, y visito la iglesia que lleva el mismo nombre. Su fachada es barroca, si bien su interior es gótico. Bien a mi pesar, no puedo ver las pinturas de Ghirlandaio, debido a que los restauradores están trabajando en ellas.

Paseo ahora hasta el Palacio Medici-Rucellai, y saco un par de fotografías de su esplendorosa fachada, ya que por dentro no se visita.

El duomo, Cinco días en Florencia

Ahora me encamino hacia el duomo, del que todavía no he gozado bien de su interior.

Una vez en el, me acerco hasta estar bajo la Cúpula de Brunelleschi, y la veo con todo su esplendor. Está decorada con frescos de Vasari y sus alumnos, con frescos referidos al Juicio Final. Es una catedral muy austera, no se aprecian retablos, ni coro. Siendo de tres naves y con gran riqueza en las vidrieras. Dos pinturas murales muy cercanas una a la otra nos llaman la atención. Se trata de dos figuras ecuestres, pintadas por Paolo Ucello y por Andrea Castagno. Otra cosa que se puede hacer es bajar a la cripta, y ver la tumba de Filippo Brunelleschi.

Adiós a los Cinco días en Florencia

Debo marcharme ya. Tomo un autobús dirección al aeropuerto, y al mirar atrás veo como la cúpula que acabo de contemplar por dentro, se va perdiendo entre edificios, y no puedo evitar que me invada una sensación de tristeza. Me gustaría poder vivir mucho más la ciudad, permanecer un largo tiempo aquí, pero eso de momento no puede ser. Tendré que conformarme con la ilusión de volver algún día, lo que sin duda ocurrirá.

Más Información

Si disponemos de algo más de cinco días en Florencia podemos hacer algunas excursiones de interés en los alrededores para conocer otros lugares destacados. A tan solo 110 kilómetros al norte de Florencia se encuentra la Ciudad Histórica de Bolonia. A unos 70 kilómetros al sur esta situada la Ciudad Medieval de Siena y entre ellas a mitad de camino, a 50 kilómetros, encontramos San Gimignano. Un bonito pueblo medieval catalogado como Patrimonio de la Humanidad en el año 1990.

Si contamos con más tiempo no podemos dejar de lado acercarnos a conocer Pisa y su Torre Inclinada situada a 85 kilómetros al oeste de Florencia y si le añadimos un día más podremos conocer el Parque Nacional de las Cinque Terre y sus preciosos pueblos, también Patrimonio de la Humanidad. Claro está que si vamos añadiendo sitios al viaje vamos a necesitar al menos de quince días. Pero no obstante estos lugares son de visita obligada y seguro que no nos defraudarán.

Quizás te Interese…

Parque Nacional Cinque Terre

«El Parque Nacional Cinque Terre (Cinco Tierras) está formada por cinco preciosos pueblos que bien merecen conocerse. Todos ellos, Monterrosso Al Mare, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, igual que el parque son Patrimonio de la Humanidad declarados por LA UNESCO desde el año 1997» Leer más>>

Siena Medieval

«Siena Medieval es de visita obligada si queremos conocer a fondo la región de la Toscana. ‘Dicen que los hijos de Remo (Asquio y Senio) fundaron la ciudad’. El centro histórico esta declarado por LA UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde el año 1995 y de gran interés es la Plaza del Abanico y» Leer más>>

Bolonia Ciudad Histórica

«Bolonia Ciudad Histórica y su centro antiguo esta considerado como el segundo casco medieval más grande de Europa, por supuesto, después del de Venecia. Sus dos altas torres ‘Due Torri’ (Siglo XVII y Siglo XVIII) son uno de los monumentos más representativos de la ciudad. Su plaza mayor acoge edificios nobles» Leer más>>

Enlaces de Interés

Texto y Fotos: Javier Crespo.

AVENTUREROS DEL MUNDO

Suscríbete a nuestra revista digital para estar al día de las nuevas entradas y contenidos de interés para viajeros. ¡Prometemos no enviar spam!

¡Gracias por suscribirte a Aventureros del Mundo!

Salir de la versión móvil